Es de admisión general que vivimos una época convulsa , en donde los ciudadanos,desde el lejano Oriente transitando los continentes asiático,europeo y africano hasta llegar a nuestra américa requieren mucho más respuestas de parte de los partidos políticos tradicionales, exigen de los dirigentes mayor claridad en el manejo y comportamiento en y desde la cosa pública.Las estructuras establecidas necesitan ahora buscar un respaldo y constante legitimación social y política como nunca antes.
Los movimientos de ciudadanos indignados,extendidos en todas direcciones y confines matienen como carácteristas generales, el uso de herramientas en donde las instituciones establecidas carecen del poder manipulador y limitante impuestos y reproducidos cual comportamiento coreográfico reiterativo tendente a canalizar las aspiraciones del conjunto del cuerpo social o la mayoría de sus componentes.En este caso ,los mayores afectados por las crisis económica desatada a partir de las teorías globalizantes aplicadas desde los centros de poder en las metrópolis hacia sociedades neocoloniales y dependientes carecían de voces interlocutoras y posibilidades de frenar el poder del Mercado y la globalización de la miseria.Tampoco podían esos sectores romper el cerco impuesto por las burocracias partidarias.
Los partidos políticos tradicionales (derecha,centro e izquierda)fueron de repente desbordados por movimientos sociales nuevos,creados desde abajo hacia arriba,utilizando las asambleas barriales,los foros comunitarios,discusiones abiertas a todas las propuestas,sin las limitantes de convocatoria conocidas, para entonces unificar criterios reproducirlos primariamente en las redes sociales en donde el contról tanto del Estado, como de las estructuras burocráticas partidarias confrontan un ejercicio complicado .
Los resultados están ahí :movimientos nuevos y fuertes que muestran poder de convocatoria que obliga a los partidos a seguirles y solidarizarse en algunos casos, denostarlos y denigrarlos en otros , pero teniendo que admitir en todos los casos que los movimientos de indignados, encontraron la vía de representación apropiada por donde canalizar sus exigencias en la búsqueda de mayores protagonismos de sectores afectados ante el derrumbe de los mercados y el fracaso de la globalización como propuesta panacea a la injusta distribución mundial de los bienes y servicios producidos por la humanidad.
Ni siquiera el mecanismo electoral como elemento de legitimación en las sociedades en donde la alternabilidad de los partidos es la norma, está produciendo los resultados, los nuevos gobiernos no escapan a las demandas levantadas contra los anteriores, el desgaste en el ejercicio del poder es acelerado, las protestas continuan extendiéndose.Cuando una exigencia es resuelta, una nueva surge y unifica alrededor de la misma .
Personalmente no veo las posibilidades actuales de que los partidos tradicionales en este caso de derechas aún en crisis, puedan desaparecer, porque pese a que los movimientos de ciudadanos indignados cuentan con un componente importante de militantes de izquierdas, los agrupamientos de izquierdas -como tales- no muestran la capacidad para canalizar esas protestas hacia un salto ideológico mayoritario que busque en las izquierdas las salidas a la crisis sociales .En algunos casos -como en Europa- las ideologías de extrema derecha y neonazis toman fuerza y reelevancia.Ver el caso de Amanecer Dorado en Grecia,las células Noruegas,el Jobbik en Hungría y el Frente Nacional ,con Marine Le Pen en Francia .El caso del Partido Popular y Mariano Rajoy en España y de los nacionalistas Rusos dirigidos por Alexéi Navalni deben ser analizados.
Los movimientos de indignados pasarán a mediano plazo , por pruebas importanes consistentes en mantener unficación de propósitos y renovación constante en las demandas para que esas plataformas sociales generen incidencia y se fortalezcan .Los partidos tradicionales buscarán la asociación y cooptación de las cabezas visibles de los protestantes para continuar sobreviviendo y buscando legitimación. Las izquierdas tienen la responsabilidad de trabajar para evitar que toda la indignación social ,especialmente de los menos favorecidos se transforme en apoyo electoral para los partidos mayoritarios de derechas.Tarea dificil pero posible y mucho más importante, necesaria si las izquierdas quieren convertirse en opciones verdaderas y viables de cambios algún día.
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