La Corte Internacional de Justicia (CIJ) organismo dependiente de la Organización de Naciones Unidas (ONU) acogió el lunes como buenos y válidos los argumentos Australianos iniciados en 2010 contra la caza indiscriminada de ballenas por parte de Japón, realizada bajo la falsa excusa de matarlas con fines "científicos" y para "analizar" el ecosistema y componentes de los cetáceos. Las motivaciones niponas son comerciales,dada la gran demanda de la carne y aceite de los mamíferos y por los altos precios alcanzados en los mercados.
Con una votacón de 12 votos contra 4, la CIJ halló a Japón responsable de violar la Convención Internacional para la Reglamentación de la Caza de Ballenas adoptada en 1946,dada la poca transparencia e encubrimiento de las cifras y especies reales de ballenas eliminadas. El fallo es una victoria parcial pues le permite a Tokío continuar en el Pacífico Norte la actividad,pero al mismo tiempo la termina en la Antártida y le solicita anular las licencias vigentes para la caza de ballenas emitidas por Japón y no podrá emitir nuevos permisos.
Las autoridades niponas acogieron de mala gana la sentencia con carácter vinculante en vista de que no pudieron justificar la matanza de aproximadamente mil ballenas todos los años para "estudiarlas" mientras las evidencias recolectadas por entidades ecologistas indican, que finalmente los restos de los cetáceos terminan en restaurantes y hogares, además de la ausencia de respuestas a la innecesaria cantidad de ballenas cazadas supuestamente para analizarlas científicamente .
La decisión de la CIJ encuentra amplio respaldo mundial en todas las personas comprometidas al cuidado y protección del planeta,pero debe también tener a las ballenas regocijadas y en celebraciones festivas por una resolución que les protege del exterminio y la desaparición.
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