El indiscutible liderazgo turístico mundial que ocupan nuestros paises del Caribe comienza a visualizar cambios importantes dentro de la zona geográfica en cuestión, a partir del deshielo en las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos .
El incremento constante en el número de visitantes extranjeros que escogen la República Dominicana,Jamaica, Cuba, Bahamas y Puerto Rico entre otras pequeñas islas, origina en cada unos de esos paises el natural interés por atraer hacia sus respectivos paises a una franja mayor de esos visitantes, debido al significativo e incuestionable aporte económico que el mercado turístico ofrece a las economías nacionales.
Los últimos datos publicados por la Organización Turística del Caribe(OTC), indican un sostenido aumento en los visitantes de Estados Unidos, Cánada, México, Sudamérica y Europa hacia esta región ,a la cabeza de cuya lista se encuentra la República Dominicana.
Al ser los turístas estadounidenses el principal mercado del turismo quisqueyano, es de preever que con el final de las restricciones impuestas por el gobierno norteamericano a sus ciudadanos para viajar a Cuba, cientos de miles de esos potenciales turistas optarán por visitar a la isla de José Martí, para conocer de primera mano la realidad isleña, lo cual deberá tener un impacto en el porcentaje que acude a los otros destinos turísticos caribeños.
Desde mi punto de vista, la curiosidad inicial de muchos ciudadanos norteamericanos por conocer de cerca las propuestas turísticas cubanas,estudiar la experiencia sociopolítica, valorar sus infraestructuras y potencialidades podrá reproducirse en mayores números de nuevos visitantes, en la medida en que las autoridades cubanas puedan responder con efectividad a un público heterogéneo ,con expectativas diferentes, a veces, complicadas.
La apertura del mercado turístico Cubano, a los turístas provenientes de Estados Unidos ,no necesariamente impactará de forma drástica e inmediata a otros destinos caribeños, porque cada país estaba desde antes del proceso actual, en competencia por atraer la enorme cantidad de recursos que para las economías nacionales representa ese renglón.
Mientras Cuba puede ofrecer en principio lo nuevo,desconocido y atractivo para el turísta norteamericano medio, otros continuarán prefiriendo destinos caribeños conocidos y experimentados,con infraestucturas y servicios probados, que responden a las expectativas de previos y nuevos visitantes.
Lo bueno de esta competencia es que tanto la multiplicidad como la calidad de las ofertas turísticas de las naciones caribeñas tenderá a enriquecerse ,para beneficio de los visitantes pero también para las economías de los paises de la región.
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