Con el último boletín emitido por la Junta Central Electoral(JCE) dominicana consolidando el triunfo del candidato por el oficialista Partido de la Liberación Dominicana(PLD) con una votación del 51.21% frente al candidato Hipólito Mejía del opositor Partido Revolucionario Dominicano(PRD) con un 46.95%, entra en consonancia con muchas encuestas de opiniónes que pronosticaron el desenlace político y que además reafirmaron dos frases repetidas con insistencia tanto por el extinto líder del PRD,José Francisco Peña Gómez como por el saliente presidente dominicano ,Leonel Fernández Reyna.
En varias ocasiones Peña Gómez sumido en la enorme amargura y aflicción de ver al PRD perder torneos electorales fruto de las interminables rebatiñas internas y luchas de tendencias, repetía que "al PRD sólo lo derrotaba el PRD" indicando que el fraccionamiento y las divisiones internas del PRD imposiblitaban que aún siendo el partido mayoritario del país no pudiera unificarse sólidamente, marchando en un esfuerzo concentrado en aras de obtener el poder.
El recién concluido proceso electoral ratificó esa lapidaria frase peñagomista.
Por otra parte ,el todavía presidente Fernández ha hecho suya la sentencia de que "la oposición no gana elecciones, los gobiernos las pierden"explicando que la inacción en el uso y abuso de todos los recursos que el Estado coloca a disposición de los gobernantes en los paises neocoloniales tercermundistas es la razón principal por la cual un candidato electoral apoyado por la insuperable fuerza que impone el control de las estructuras del Estado podría resultar derrotado.
El recién finalizado evento electoral reafirmó esas declaraciones leonelistas.
El Partido Revolucionario Dominicano(PRD), como en otras oportunidades resultó individualmente la organización política con mayor respaldo de los domincanos, pero sumido en una confrontación entre las facciones del presidente del partido Miguel Vargas y de Hipólito Mejía ,nada pudo hacer para que los continuos y negativos metamensajes entre uno y otro sector,sumado a planificadas deserciones hacia el bando gubernamental de reconcidos activistas del sector Vargas, sirvieran de lastre a la candidatura fallida de Mejía, pese a que en sus inicios sobrepasó 60% .Esa división inocultable desmoralizó a potenciales votantes, descarriló esfuerzos unitarios con otras organizaciones políticas y saboteó las posibilidades de retorno del PRD al poder.
El PLD, aprovechó y atacó sin miramientos los flancos débiles de una candidatura opositora dividida anárquica ,desorganizada ,carente de proyección unitaria y lo articuló con la utilización sin controles ni medidas de todo cuanto el Estado puede ofrecer,desde el soborno hasta la compra de cédulas,la donaciónes y ventas a precio vil de bienes y productos del Estado para obtener apoyos,la guerra sicológica e intimidación contra los adversarios, los allanamientos selectivos (retomando el peligroso accionar de Joaquín Balaguer en cuanto a utilizar cuerpos policiales y militares como cancerberos atropellantes) el expendio de combustibles gratis a todos los adeptos, utilización de vehículos y logisticas oficiales para la campaña y en síntesis el manejo del aparato estatal en toda su extensión.
Danilo Medina, el candidato oficialista admitió en cierta forma esta realidad cuando al agradecer a Leonel Fernández por el apoyo oficial recibido, en el local nacional del PLD ,declaró que éste(Leonel) había puesto más empeño y dedicación en la victoriosa campaña de Medina que en la suya propia en el proceso eleccionario anterior.
Vencido nuevamente el PRD, comienza el consabido segundo capítulo de esa entidad, los dimes y diretes, las acusaciones y contraacusaciones, las purgas,las expulsiones y las divisiones mientras correctamente Medina ,envía claros mensajes desde ahora de acercamiento a Hipólito Mejía, para asegurarse que anticipadamente, cuatro años antes de las próximas elecciones presidenciales, Mejía y adeptos puedan vengarse de Vargas Maldonado si por causas de la vida resultara candidato ,haciendo nueva vez al PRD morder el polvo de la derrota, permitiendo al PLD eternizarse en el poder mientras los perredeistas se destrozan entre sí a dentelladas.
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